No fue el mejor partido para ver pero fue emocionante y eso paga la entrada. Fue un juego lleno de sensaciones, de acciones de lucha, de intensidad y que no escapó al momento que cada uno vive en la pretemporada. Lo que está claro que la calidad individual de Tato Rodríguez, Román González, Byron Johnson y sobre todo David Jackson hicieron la gran diferencia.
La primera mitad del cuarto inicial fue de Peñarol sin ser muy superior pero siendo más efectivo. El terceto Román Gónzalez (7), Johnson (5), Jackson (4) por calidad marcaba la diferencia que había en cancha (16-10). Un recupero de David Jackson provocó la primera ovación de la noche cuando tiró abajo una línea de carteles por salvar la pelota, situación que logró. En Quilmes respondían con un poco de cada uno. De la Fuente pidió minuto y mandó a Romano a la cancha.
Los triples de Maciel (3/3) sostenían a Quilmes y descontaban la diferencia que había sido de ocho 19-11 para ponerla a 5 (24-19). La mano de Tato Rodríguez (dos triples) le daba gol al milrayitas. Cowan y Calderón con dos tempranas faltas le dieron paso a Dentis y Romano. Hernández contestó con el doble cambio y mandó a Ale Diez y Ale Reinick.
El primer cuarto fue un negocio redondo para Peñarol, cargó de faltas a los internos titulares de Quilmes y ganó el cuarto apenas por 3 puntos (27-24) pero en un tanteador alto.
Para el segundo cuarto el partido se hizo más friccionado y de buenas defensas. Quilmes seguía en zona (2-1-2) y cuando Peñarol sacó seis 34-28 (a falta 6:50) ingresó el Pini Salles por primera vez en la temporada. Con dos libres del propio Salles Quilmes achicó a 4 (34-30). Un par de buenas acciones en ofensivas en el poste bajo lo llevaron al cervecero a situarse solo tres abajo (38-35).
Allí Peñarol tomó una distancia que abrió el juego. Nació con un doble más falta de Román González. De la Fuente protestó “3 segundos” del pivote de Peñarol en la pintura y se ganó el técnico. Tato metió los dos libres de la sanción y David Jackson en la reposición la metió de tres puntos. En la siguiente acción Quilmes erró un doble increíble en la pintura y Jackson facturó rápido en la contra (52-35) con un parcial 14-0.
En el segundo cuarto como era previsible Quilmes no logró mantener los porcentajes (4/14 en tiros de campo) en cambio Peñarol pudo tener mejores tiros (8/14) y se alejo con 15 de David Jackson. Además la primera mitad cerró con 4 faltas de Calderón, 3 de Cowan y cuatro puntos entre ambos.
El tercer cuarto empezó muy flojo por los dos lados. Fue un bache en el partido, de intensidad, de juego. Un respiro de 5 minutos después del entretiempo. Quilmes se puso a 15 (57-42) con puntos de Maciel. Pero Peñarol defendió bien dos veces seguidas y un triple de Jackson sacó la máxima (62-42).
Con una gran ráfaga individual de Hernando Salles el cervecero descontó a 16 (68-52) jugando con Maciel de ala pivote y una perímetro bajo. La búsqueda de soluciones tácticas tenían pocas respuestas a la hora de poder parar el goleo continuo de Peñarol que finalizó el tercer cuarto con 73 puntos. Demasiado para las aspiraciones de victoria quilmeña.
Cuando Peñarol ganaba 77-59 a falta de 8.30 Salles erró un triple y el rebote lo pelearon Cowan y Ale Diez. Ambos cayeron al piso y en la lucha por la pelota Salles se trenzó con el pibe Diez. El resultado fue la expulsión de Salles que reaccionó muy mal.
De la fuente dispuso el reingreso de Capitanich que tuvo un gran clásico para cerrar el juego y con mucha dignidad Quilmes fue descontando hasta ponerse a 15 (81-66). Pero un doble de Tato Rodríguez llevó la diferencia a 17 (83-66).
Cuando nada lo hacía prever, el partido se dio vuelta generando un final apasionante. Por obra y gracia de un partido que parecía terminado, quizás Peñarol solo esperó la chicharra final.
Mientras Quilmes lejos estaba de rendirse. Peleó, lucho, y no bajó los brazos. Reingresó Cowan y dio lo mejor de lo poco que dio. Estuvo casi todo el partido en el banco condicionado por faltas pero fue importante en el final para marcar a Román González y anotarse con algunos porotos.
Esteban López metió dos sablazos de tres puntos y la diferencia empezó a caer coincidente con un largo cúmulo de errores del milrayitas. Las ofensivas del local terminaban en tiros de tres puntos, apurados y mal tomados. De repente la diferencia se hizo de 10, luego de 8 hasta llegar a 4 (83-79) con un parcial 4-20 cuando restaban dos minutos.
En el peor momento de Peñarol lo salvo el jugador impensado. Sebastián Vega tomó (acaso porque era el único que no estaba marcado) un triple clave que convirtió (86-79). Cuando Quilmes logró descontar con dos defensas seguidas López erró un triple (86-81) que parecía liquidar el partido a falta de 45 segundos ya que Jackson facturó los dos libres (88-81).
Pero había tiempo para más, dos libres de Romano acercaron a Quilmes y un robo de Pablo Gil con un rápido doble de López metió el partido en una caldera (88-85). López cortó con falta a Picarelli con 26 segundos para jugar y entre el base y Jackson aseguraron la victoria desde la línea de libres.
El partido terminó emocionante y pagándola entrada. Quilmes remontó un juego que lo traía muy mal y soportó a un Peñarol lleno de gol (40 puntos entre los dos extranjeros). Un clásico con aristas diferentes pero un ganador conocido.
Síntesis
Peñarol (92): Sebastián Rodríguez 17, David Jackson 26, Sebastián Vega 3, Byron Johnson 14 y Román González 17 (FI) Alejandro Diez 6, Alejandro Reinick 0, José Muruaga 3, Lucas Piccarelli 5. DT Sergio Hernández
Quilmes (85): Dragan Capitanich 6, Pablo Gil 3, Maximiliano Maciel 21, Jaz Cowan 9 y Pedro Calderón 2 (FI) Nicolás Romano 20, Ezequiel Dentis 3, Esteban López 10, Hernando Salles 11. DT Esteban De la Fuente.
Parciales: 27-24, 53-37, 73-54
Árbitros: Pablo Estévez y Fabricio Vito
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas (3000 personas)
Fotos: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)
Pablo Tosal
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