jueves, 15 de mayo de 2008

“Nunca alcanzamos el techo”


Lucas Picarelli analizó la intensa temporada de Peñarol, habló del mal comienzo, la inesperada serie con Libertad, el calor de los hinchas y aseguró que le gustaría quedarse en el club

“Al comienzo, no entendés como al cuarto partido de una temporada, ya la gente está murmurando o pide un corte. Eso no suele pasar. Por otro lado es una presión linda: de local prácticamente no perdíamos”.

“Nunca me sentí suplente en el sentido que jugaba y ayudaba al equipo cada vez que entraba. Después si arrancaba o no, no me afectaba para nada”.

“Con Libertad no jugamos igual. Entonces, algo ocurrió. No podría encontrar un punto por el cual Libertad fue tan superior a nosotros. Debe ser una sumatoria de cosas”.

-¿Qué análisis hacés de la temporada?

El balance general de la temporada es bueno. Aparte tuvo de todo. Momentos difíciles al comienzo, fuimos campeones de América, también encontramos picos altos en el juego. Lo malo es que no lo pudimos prolongar hasta el final, sumado a que nos topamos con una pared como Libertad. Ellos están alcanzando el pico de juego en este momento. Se terminó la temporada ante un rival justo, pero en el resto del año, tal vez nos quedamos en la puerta de varias cositas como la Copa Argentina, o el Sudamericano de Clubes.

- ¿Por qué costó tanto el comienzo?

Como dijo Sergio (Hernández), después la Liga te va acomodando solito. La única revelación que pudo mantenerse fue Monte Hermoso. Lo nuestro, es lógico en un equipo donde llegan tantos jugadores, no sólo con nombres sino con capacidades grandes, que cueste acoplarlos. Sumado a que tuvimos un trabajo de pretemporada sin el pívot principal y sin el entrenador. Sin desmerecer el trabajo del asistente que fue muy bueno y arrancamos muy bien la Copa Argentina, al no estar en contacto dos meses con el entrenador en un equipo totalmente nuevo, acoplar todo eso no es fácil y lleva tiempo. Más en un equipo como Peñarol que en los últimos años ha estado siempre en el candelero y se requiere un éxito inmediato.

- ¿Fue importante la mano del técnico en ese momento para calmar un poco?

Si. No es fácil. De los clubes que jugué es el más difícil. Es todo muy distinto al resto de los clubes donde no se vive tan intensamente el básquet. Esto es prácticamente fútbol, traducido al básquet. Entonces, es raro y si no estás preparado te puede tomar por sorpresa y podés llevarte un bajón. Al comienzo, no entendés como al cuarto o quinto partido de una temporada, ya la gente está murmurando o pida un corte. Eso no suele pasar. Por otro lado es una presión linda. De local prácticamente no perdíamos. Si sabes manejar la presión, te lleva a mejorar. Este equipo pudo manejarla y lo hizo para bien. Y cuando viene la satisfacción es muy lindo. Encontrarse con una Municipalidad llena, es incomparable, no creo que suceda en ningún otro club de la Argentina.

- ¿Haber ganado más de visitante es una cuenta pendiente?

Es la cuenta pendiente de la Liga entera. Nosotros ganamos poco de visitante y estuvimos entre los mejores récords de la segunda fase. Tal vez nosotros, con el plantel que teníamos podríamos haber ganado un poco más de visitante, siendo un poco más maduros en algunos aspectos. Puede ser una cuenta pendiente.

- En la semifinal se esperaba una serie más pareja y nadie apostaba por un 3 a 0 contundente de Libertad.

Lo que yo notaba cuando jugamos con Libertad es que en todos los partidos a nosotros nos costaba más que a ellos hacer puntos. Si bien ellos estaban con un porcentaje de efectividad altísimo, los goles de ellos en general, les costaban menos. Entonces, estaba al caer que en algún momento se iba a quebrar el partido. Nos pasó en los tres terceros cuartos. Pensar que nosotros tuvimos buenos primeros tiempos porque nos quebraron en el tercero, sería una mentira porque a nosotros nos costaba mucho más y cuando bajamos un poco la efectividad, ellos siguieron igual. Nos pasó en los terceros cuartos, pero era algo que iba a pasar.

- ¿Que pasó? ¿No le pudieron encontrar la vuelta al rival?

No creo que encuentre un punto específico por el cual a un equipo que dejamos en 60 puntos todo el año, sobre el final de la Liga nos haga 100. Me parece que hay una sumatoria de cosas. Ellos estaban en un buen nivel, encontraron al americano justo, empezaron a creer en el sistema que hicieron todo el año y lo aplicaron a la perfección. Tuvieron un juego muy compacto y por parte nuestra no pudimos alcanzar el pico que tuvimos en enero que fue cuando mejor jugamos. Y cuando te encontrás con eso ante un equipo tan sólido, desvirtuás todo lo bueno que tenés vos. Nosotros le ganamos 3 a 0 a un rival que le ganó a todos en la Liga, como El Nacional y no jugamos de la misma forma con Libertad. Si me preguntas si Libertad no nos dejó. No se. Pero sí, que nosotros no jugamos igual. Entonces, algo ocurrió. No podría encontrar un punto por el cual Libertad fue tan superior a nosotros. Debe ser una sumatoria de cosas.

- Ni bien terminó la serie, Sergio Hernández aseguró que nunca encontraron un buen nivel de juego colectivo.

Nunca alcanzamos el techo. Lo alcanzamos por momentos en algún partido, y después no lo podíamos continuar. Si bien, alcanzamos picos de rendimiento, nunca llegamos a un techo,. Coincido con Sergio en que podíamos haber jugado mejor.

- Y eso con la temporada en marcha es difícil ir corrigiéndolo, sobre todo si se juegan tantos partidos.

Ese es un problema. Yo hace dos años que estoy jugando torneos internacionales y llega diciembre y es terrible. No tenés tiempo de entrenar. Haces las prácticas pero no podes juntar dos semanas de buen laburo y automatización de los movimientos, y trabajo de fundamentos.

- ¿Se hace complicado en algún aspecto jugar con un jugador tan determinante como Román González?

Román es un jugador muy determinante no sólo por su tamaño sino por su talento y él tuvo todo el año muy claro que no era sólo hacer puntos. Lo digo como compañero de habitación que soy, él en la jugada que podía juntar y sacar, lo hacía. Es un jugador que está para hacer puntos, es una de las principales armas de gol como pueden ser Tato o Manu, entonces no se le puede pedir que haga un trabajo de hacer jugar al equipo. Es un jugador que pide la pelota en los momentos calientes y eso es importante; y sabe adaptarse a un equipo.

- ¿Cómo te sentiste en lo personal? Vos venías acostumbrado a ser titular en tus anteriores equipos.

Cuando yo vine ya sabía que iba a ser suplente y no tenía ningún tipo de objeción. Vine al mejor equipo de la temporada anterior, con aspiraciones a grandes cosas, con grades contrataciones como Sergio, o Román. Si bien yo venía a ser 2º base, delegaba mi titularidad para venir a un equipo con tantas aspiraciones.

En ese sentido no tuve problemas. Nunca me sentí suplente en el sentido que jugaba y ayudaba al equipo cada vez que entraba . Después si arrancaba o no, no me afectaba para nada.

- ¿Tenés ganas de quedarte?

La relación es muy buena. Yo me llevo muy bien con el entrenador, con los dirigentes, con la gente. Me gustó mucho mi pasaje por acá. Y las ganas siempre están, pero todavía no terminó la Liga y hay que esperar. Me parece que hay interés.

La Liga de las Américas, los clásicos y el reconocimiento

El mejor momento de Peñarol en la temporada fue en la Liga de las Américas. El Milrayitas se coronó campeón de este novedoso torneo que tuvo a los mejores equipos del continente y el plantel tuvo un recibimiento inolvidable en la ciudad.

“Me pareció que estuvo excelentemente organizado, mucho mejor que la Liga Sudamericana. Se viaja en primera, los hoteles son muy buenos, la organización, la televisación... Por ser el primer año me gustó mucho como estuvo organizado. Y en lo deportivo, el recuerdo es el mejor, el más lindo porque lo ganamos. Es el mayor logro que conseguimos como equipo este año. Además, hay muy buenos equipos en todas las zonas. Por ahí en la Liga Sudamericana te encontrás con equipos que les ganás por 70”, destacó Picarelli y enseguida habló del gran recibimiento de los hinchas : “Me cansé de decirlo. Me sentía el Diego del 86’ bajando del avión. Fueron a esperarnos unos cuantos kilómetros en la ruta, de ahí nos trajeron en caravana, seis horas hasta llegar a la Municipalidad. Eso no tiene comparación en ningún club de la Argentina y no por hacer demagogia. Salir al balcón y ver miles de personas abajo....Yo vengo de clubes que se ve y se mama básquet como Ben Hur o Estudiantes de Olavaria. Pero el fanatismo de la gente no se acerca ni un poco. En ese sentido lo que viví acá en Peñarol, me parece difícil que se pueda dar en otro lado”.

- ¿Y en los clásicos les fue muy bien?

Si, nos tocó ganar todo. Lo que se vive me parece que es un partido aparte. Siempre cuento esta historia: en el club estábamos festejando la Liga de las Américas con toda la gente y viene una señora y me pide, por favor, el clásico. En la cancha, es una fiesta.
Fuente:Diario El Atlantico

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