martes, 30 de octubre de 2007

Peñarol va por la gloria en un torneo cargado de historia


Siempre es bueno recordar la historia. Y más si es algo que la vincula al deporte marplatense. Peñarol está a punto de comenzar su participación en el 44º Campeonato Sudamericano de Clubes. La cita es en Brasilia y mañana el día del debut. Pero el equipo de la ciudad ya estuvo en este torneo y hasta se dio el lujo de subir al podio. Fue hace más de una década, precisamente en el año 95, donde Peñarol, luego de obtener su primera y única Liga Nacional, tuvo la posibilidad de jugar torneos internacionales (el citado Sudamericano y el Panamericano) y mostrar a Mar del Plata a buena parte del continente.

Fue aquella una experiencia agridulce. Todos los sobresaltos por los cuales tuvo que atravesar Peñarol para jugar ese Sudamericano de Bucaramanga (en el mes de junio) tuvieron su recompensa con el tercer puesto final. De todas formas se esperaba mucho más del equipo dirigido por Néstor García, y si bien pudieron llegar al podio sólo ganaron dos partidos de seis y por ellos luego los organizadores se replantearon si lo mejor no era cambiar la forma de disputa. Tan mal armado estuvo que Peñarol llegó al último partido con chances de ser campeón. Mientras que Atenas de Córdoba, el otro representante argentino, ganó cuatro partidos y fue quinto.

Era un momento dulce en lo económico. Los ingresos que dejó el título 93/94 fueron notorios y para la primera experiencia internacional Peñarol fue con un equipo muy fuerte. Las reglas permitían refuerzos y entonces el “milrayitas” contrató a Hernán Montenegro y a los extranjeros Ken Leeks, de gran paso anterior por Estudiantes de Bahía Blanca, y Al Hamilton. Además de contar con un equipo de lujo encabezado por Marcelo Richotti, Esteban Pérez, Diego Maggi y Raúl Merlo.

Pero Peñarol pasó por muchos contratiempos. Primero se cuestionó mucho si el contrato de Montenegro estaba en regla y la postura del Che García era abandonar el torneo si no le daban el visto bueno. Es más, el juvenil Manuel Muguruza viajó de urgencia hacia Colombia con el contrato firmado del Loco luego de una prórroga especial que le dieron a los marplatenses para presentar todos sus papeles. También tuvo otros inconvenientes, el Gallo Pérez amagó con no viajar si no le pagaban una deuda que mantenían con él, que se arregló a último momento y Ernesto Michel decidió no ir por el mismo problema.

A eso se le sumó la lesión de Richotti -contractura- que no le permitió jugar el torneo a la medida de sus posibilidades y Merlo muchas veces tuvo que cumplir la función de base. Este cúmulo de situaciones tuvo como resultado final, el peor debut y una de las derrotas más dolorosas del baloncesto argentino en torneos internacionales. Es que Peñarol perdió ante Banco Central de Ecuador. Muchos podrán decir que no pudo jugar Merlo, que Montenegro estuvo sólo un minuto en cancha y que Richotti no estaba bien. Y es cierto. Pero nunca un equipo ecuatoriano le ganó a un conjunto nacional. Luego perdió con los uruguayos de Hebraica Macabbi.

Peñarol entró por la ventaja a la ronda final, gracias al gol average. En el último partido de la fase inicial le tenía que ganar por 5 puntos al local Leopardos. Fue un desenlace emocionante. Pérez primero y después Montenegro, con el juego empatado, tiraron a errar sus libres a propósito para poder ir a un segundo suplementario y allí buscar la diferencia de cinco tantos.

Clasificó con lo justo y empezó con buen pié la etapa final. Le ganó a Regatas Lima de Perú sin mayores inconvenientes y cayó nuevamente con Hebraica. Pero llegó al último partido con chances de ser campeón. Para ellos debía ganarle por tan sólo tres puntos a Río Claro de Brasil. Pero poco pudo hacer. El equipo brasileño, a la postre el campeón, tuvo una elevada efectividad en tiros de tres puntos y dos goleadores tremendos como Billy Law y Robin Davis, 30 puntos cada uno.

No hubiera sido justo que Peñarol se quedara con el Sudamericano. Dentro de la cancha el equipo rindió muy poco y sólo por momentos pudo jugar a la altura de su plantilla y de sus individualidades. Merlo reconoció que el equipo “llegó muy preparado”, mientras que Richotti fue sincero al decir que “faltó tiempo de entrenamiento”. Los refuerzos no funcionaron bien y todo siempre fue muy cuesta arriba. Así y todo Peñarol, en su primera experiencia internacional, culminó tercero y en el podio. Historias de un equipo que después de 12 años vuelve a este tipo de competencias. [ por Leonardo Rodríguez ] Semanario El Marplatense

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