sábado, 22 de diciembre de 2007

¡Felicidades, hijito!


Mar del Plata está en orden, aunque la locura invadirá durante estas Fiestas a los hinchas de Peñarol. En el último clásico del 2007, el Milrayitas le fue fiel a la historia y se quedó con el partido más caliente de la Liga. De yapa, el 73-62 le sirvió para extender su dominio sobre el archirrival (42-26), ganar el cuarto clásico sobre cinco en la temporada y cerrar el año por encima de Quilmes en las posiciones. El Cervecero no encuentra la salida para su crisis de juego y anoche fue claramente superado por su papá.

Peña arrancó con Rodríguez decidiendo todo en ataque, aunque ineficazmente. Igualmente, el local dominó el rebote y sacó ventajas porque en Quilmes sólo sacó la cara Reynolds, pese a que jugó en una pierna por su problema ligamentario en la rodilla derecha. Los de Hernández se alejaron 28-17 a los 14m en un duelo lleno de actitud y errores. Maciel ingresó y rescató al Cevecero con dos triples al hilo. Con seis tantos más de Reynolds, el partido quedó nivelado en 31 a los 18m.

Tato apareció con 10 puntos en el tercer cuarto para que Peñarol se impusiera 19-7 en el período, acentuando su dominio aéreo (terminó 46-27 en rebotes, 20-3 ofensivos). El local siempre gozó de segundas y hasta terceras opciones para anotar. Además, la mediacancha quilmeña tuvo una noche de espanto y no respondió. En el último, Quilmes se arrimó a seis mediante un parcial de 10-2 con dos triples de Hall y uno de Safar. Parecía que reflotaba sus chances, pero Mata (figura con 14 rebotes) y Locatelli abortaron cualquier ilusión cervecera con dos bombazos. Peñarol terminó bailando y adueñándose de la fiesta ciudad, algo que no le resulta nada extraño...
Fuente:Diario Ole

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