lunes, 3 de diciembre de 2007

Parece encontrar el camino correcto



Con evidentes signos positivos, de recuperación, Peñarol cerró anoche de la mejor manera uno de sus fines de semana más felices de la temporada en curso de la Liga Nacional "A" de Básquetbol. Tras su victoria del viernes ante Quimsa de Santiago del Estero, anoche se impuso a Atenas de Córdoba, por 80 a 62, en una actuación sin fisuras.
Cumplida la cuarta fecha, el "milrayitas" dejó sin invicto en la segunda fase del torneo a los cordobeses, y además Sergio Hernández alcanzó un logro muy particular: llegó a las 400 victorias en la Liga. Una cifra significativa para uno de los entrenadores más exitosos. Y que de a poco, parece ir encontrándole la vuelta a un plantel con muchas figuras pero que no aparecía sólido colectivamente.
Ayer, Peñarol dio una muestra de que está en el buen camino. Acaso los cambios de nombres en el plantel y, al menos desde afuera, una diferente actitud que puede apreciarse en la disposición de los jugadores, están ofreciendo una imagen mucho más esperanzadora.
Sin llegar a brillar ofensivamente, puede decirse que el conjunto marplatense tuvo anoche todo lo necesario para construir una actuación sólida por donde se la mire. Tuvo inteligencia, paciencia, no cayó en la tentación de tirar sistemáticamente de tres puntos y repartió equitativamente los lanzamientos de cancha.
Así, no hubo figuras rutilantes en ataque, pero Atenas no pudo enfocarse en uno o dos jugadores, y su defensa tuvo que estar atenta a los movimientos de todos.
Claro que la gran clave del partido fue la defensa de Peñarol. Es cierto que no es normal para ningún equipo poder dejar a su oponente en nada más que 20 puntos luego de dos cuartos. A razón de un tanto por minuto, cuando la media es justamente el doble de esa relación.
Pero tampoco es normal que un conjunto con la calidad de tiradores que tienen los cordobeses, registren 0 de 10 triples en un tiempo. El recurso de la media distancia resultó fatídico para la visita.
Con una ventaja superior a los 20 puntos luego del descanso largo, Peñarol tuvo todavía un rato más de plena lucidez para continuar incrementando su ventaja hasta una máxima de 48-20.
Atenas asomaba como una mera marioneta en las expertas manos peñarolenses. Hasta que Bruno Lábaque encaró cada vez que pudo y, si bien ganó y perdió, produjo algún quiebre en la sólida marca de su adversario. La productiva carga al rebote ofensivo de Erron Maxey complementó al base y, al menos, el trámite se tornó medianamente parejo.
Un calificativo que fue lo máximo a lo que pudo aspirar el conjunto de Carlos Bualó, que jamás logró siquiera acercarse a situar en riesgo la victoria marplatense. Apenas consiguió mantenerse por detrás en las cifras en el orden de los 20 puntos, y eso porque -al fin- Sebastián Acosta encontró la medida para su tiro lejano.
Gran defensa, ataque equilibrado, positiva incidencia de sus relevos y una imagen renovada. En este Peñarol se puede creer.

Síntesis

Peñarol (80): P.S. Rodríguez 16, J.M. Locatelli 12, M. Mata 12, J. Osborne 4 y R. González 10 (FI). J. Scales 9, L. Picarelli 9, A. Diez 3, C. Moodie 5, N. Lauría 0. DT: Sergio Hernández.
Atenas (62): B. Lábaque 10, S. Acosta 20, C. Romero 4, E. Maxey 16 y T. Taylor 4 (FI). D. Osella 8, J.P. Figueroa 0, L. Palladino 0, M. Bulchi 0. DT: Carlos Bualó.
Estadio: Polideportivo Panamericano.
Arbitros: Marcelo Latorre y Juan Fernández.
Parciales: 19-10, 42-20 y 60-39.
Fuente:La Capital

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