domingo, 7 de diciembre de 2008

Las vueltas que tiene la vida



La vida abunda en presentar situaciones curiosas, demasiado parecidas a un sueño o similares a otras vividas en tiempos lejanos. El deporte también muestra extraños juegos de la memoria. Y el basquetbol lo vivirá esta semana. Porque luego de igualar a Peñarol como dueño de la mayor racha de partidos consecutivos ganados en la Liga Nacional (17), a Atenas le tocará justamente visitar el miércoles al equipo marplatense. Un duelo inmejorable, con el condimento especial de ser un partido importante no sólo para la estadística sino sobre todo para el honor.

Dos rachas impactantes unen al Peñarol campeón de 1994 con este Atenas armado para recuperar la gloria local.

Aquel Peñarol fue dirigido por Néstor García, ovacionado cada vez que se presenta en Mar del Plata como seguramente lo será del 16 al 18 cuando juegue en el Polideportivo Islas Malvinas con Biguá (Uruguay) por el grupo B de la Liga de las Américas. Ese equipo contó con jugadores que dejaron su sello en la Liga: Marcelo Richotti, Ariel Bernardini, Esteban de la Fuente y Diego Maggi. Y con el extranjero Wallace Bryant, también campeón con Atenas.

Había comenzado aquella temporada con muchos altibajos ya que arrastraba ocho triunfos y siete derrotas hasta que empezó la seguidilla. El azar quiso que iniciara y concluyera su racha contra Sport Club. Desde el 93-86 de la 16° fecha hasta el 103-88 de la segunda de la A1 pasaron esos 17 triunfos.

Con goleadas ante Boca (107-82), Ferro (103-79), Gimnasia (88-64) y Quilmes (89-69). Con un andar demoledor. Y su gran temporada se refrendó en la final ganada por 4 a 1 ante Independiente.

Catorce años después Atenas equiparó la racha de Peñarol con la diferencia de que lo hizo en el arranque de la Liga. Después de perder el partido inaugural ante Libertad en Formosa, corrió pocos riesgos.

No tener a ninguno de los 20 máximos goleadores de la Liga es un síntoma del juego en equipo dieñado por Rubén Magnano, el entrenador campeón olímpico en 2004. Que obviamente deja su sello en el estilo defensivo del equipo cordobés.

Se hizo enorme en el Polideportivo Carlos Cerutti con 10 victorias, pero su estirpe creció más aún fuera de casa con los otros siete triunfos.

El destino quiso que Peñarol sea su próximo rival. Justo el equipo al que le igualó la racha positiva. Y una vez más habrá que pensar que a la historia la escribe un novelista. Porque Peñarol, en 1994, perdió el camino del triunfo frente a Atenas como local por 77-75.

Un motivo más para disfrutar las vueltas de la vida...
Fuente:Clarín

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