jueves, 24 de enero de 2008

Peñarol de América


Fue muy emotivo. Como no contagiarse de cada lágrima, de cada gesto, de cada abrazo. Un club de barrio, de ciudad, de mucha historia en el básquetbol pero de pocos logros, ha logrado meterse entre los cuatro mejores equipos de América. Hace cinco años estaba al borde del precipicio, casi desaparecido. Hoy se codea con la gloria. O se abraza a ella, porque si no alcanzó el olimpo con lo de anoche, le pasa muy cerca.

Hay que entender a las 4500 almas que fueron a brindar su apoyo, guiados por una posibilidad: la de alcanzar el último escalón previo al paraíso. Hay que entender también que un lustro en la vida no es nada y hace 5 años atrás Peñarol navegaba por aguas poco profundas, encallando en cada roca, con el peligro inminente del naufragio. Y hoy esta ahí, a dos partidos de ser campeón de América.

Peñarol logró superar a Defensor Sporting jugando muy duro, sosteniendo su mala performance ofensiva en el caudal equipista de su defensa, liderados por Juan Manuel Locatelli, su caudillo, que dio muestras en las finales con Boca que nada le queda grande y que lo vuelve a repetir. Incluso esta misma temporada cuando él no estuvo el equipo lo sintió demasiado.

Fue la noche que no anduvo Wadley, fue la noche que una defensa zonal le complicó la vida a Román González, fue la noche que cuando nada sale en ataque hay que bajar la cola para defender y apretar los dientes. Peñarol sabía que no había tiempo de una nueva frustración en la temporada. Todos lo sabían y por eso ganaron.

La concentración defensiva de ambos equipos fue superior a los otros dos juegos de la serie, con más scouting individual, con mucho más conocimiento de los sistemas. Jugaron por primera vez con seriedad a romper lo bueno que hace el otro más que a construir lo positivo de uno. Tanto que se olvidaron de jugar.

Pero en el plan trazado de no permitir las situaciones estudiadas, David Jackson se vio superado por la marca, pero Wadley también. Peñarol comenzó mejor haciendo uso y abuso del mano a mano de Román González. Luego cuando la defensa ajustó sobre él, Peñarol careció de respuestas. Un par de acciones individuales en ofensiva de Tato Rodríguez le dieron a su equipo una cuota de gol muy necesario como segunda vía ofensiva.

Defensor Sporting utilizó muy bien a Michael Manciel de ala pivote, abierto a tres puntos, para jugar duplas con Nathan Mielke. Diego Castrillón dio una buena mano y la visita se mantuvo a tiro con el único problemas de las falta de Manciel.

En el segundo cuarto Peñarol sacó una máxima de 13 (33-20) (parcial 12-0) con el excelente ingreso de Marcos Mata, pero Defensor es un equipo muy aguerrido que ya lo había demostrado en el primer partido: recupera distancias con suma facilidad. La aparición del chico Álvarez en escena más un poco de Páez y Jackson le dieron a Defensor la posibilidad de un parcial 16-9 a favor para cerrar solo a 6 el primer tiempo.

En el tercer cuarto Defensor sigue ensayando las zonas puras o combinadas que se le ocurriesen con tal que su juego interior no sufriese. Pasó de una 2-1-2 a una zona 2-3. También utilizaron combinadas sobre Wadley. Todo un arsenal de situaciones especiales que le sirvieron para meter el partido en un freezer, bajar el goleo del local y llegar al final del tercer cuarto apenas 54-48. Pero Peñarol cerró bien el segmento con una corrida de 4-0 y el tablero se fue arriba por 10 (58-48).

Ya por entonces, cuando el partido se tornó de lucha, apareció la figura de Juan Manuel Locatelli para pelear cada pelota, para defender, para ocupar todos los espacios posibles. Quincy Wadley que tuvo una mala noche con el aro (bien marcado) con 0/3 en dobles y 1/6 en triples, pero el extranjero que jugó 33 minutos demostró que puede hacer otras cosas cuando no la mete como defender y pasarla (4 reb, 6 recuperos y 4 asistencias).

En el segmento final Peñarol no pasó zozobra. Aunque Defensor nunca se dio por vencido y siempre tuvo un recurso a mano, (más Jackson) para acercarse, fue el milrayitas el que gobernó diferencias de 8 a 10 puntos.

Dos triples de Tato Rodríguez, otro de Locatelli, fueron respuestas lapidantes ante las ganas de descontar de la visita. Jackson calentó motores pero ya era tarde. La defensa de Ale Diez en el juego Interior, Marcos Mata, y Román González fueron mucha para Páez y Mielke (que jugó muy mal los dos partidos).

Peñarol también lanzo mucho y mal, apremiado por una defensa uruguaya que se plantó cara a cara a jugarse el resto, pero el equipo del Oveja Hernández no negoció nunca la posibilidad, siguió luchando, metido, concentrado. Jugando un partido especial. Sólo así se puede acceder al festejo más importante de la temporada. La gente, los dirigentes, los jugadores. Todos por el mismo objetivo. Grabar a fuego el nombre de Peñarol en América.

Síntesis
Peñarol (77): Sebastián Rodríguez 17, Quincy Wadley 7, Juan Manuel Locatelli 14, Jason Osborne 2 y Román González 16 (FI); Marcos Mata 14, Lucas Picarelli 0 y Alejandro Diez 7. DT: Sergio Hernández.

Defensor Sporting (68): Diego González 3, David Jackson 21, Diego Castrillón 11, Michael Manciel 9 (x) y Nathan Mielke 6 (FI); Gastón Páez 6, Juan Carlos Zaballa 8, Federico Alvarez 2, Andrés San Miguel 0 y Camilo Antunes 2. DT: Gerardo Jauri.

Estadio: Polideportivo Panamericano (4500 personas)
Arbitros: Cristiano Maranho (Brasil), Marcos Benito (Brasil) y Alvaro Torres (Colombia).
Parciales: 21-20, 42-36 y 58-48.

Foto: gentileza Gustavo Bonecco (gustavobonecco@hotmail.com)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar

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