viernes, 9 de noviembre de 2007

La misma piedra



Peñarol ya tiene bastantes problemas en lo poco que va de esta temporada. El hombre que llegó con la "chapa" de jugador-franquicia, Román González, salvo algunos partidos, no rindió de acuerdo con las expectativas. Los extranjeros quedan en evidencia con sus carencias, sobre todo, a la hora de medirse con rivales importantes. La irregularidad es el común denominador de casi todos los rendimientos individuales. Y el equipo no aparece.
Pero todo este cóctel, de por sí preocupante, se potencia por la falta de reacción ante algunas situaciones. Por caso, ante los problemas que plantea Boca. En tres enfrentamientos en lo que va de temporada, el equipo capitalino, con argumentos parecidos, rompimientos de Cequeira y gol exterior abundante, le hizo a Peñarol tres cuartos iniciales de casi treinta puntos. En la Bombonerita, en Brasilia y también el miércoles en el Polideportivo.
La diferencia, en cada uno de los tres ejemplos, fue la producción ofensiva de Peñarol o, si se quiere, la consistencia defensiva de los de Gabriel Piccato.
En el primer partido el equipo marplatense le pudo aguantar la mano. En el Sudamericano no y Boca se llevó de ese arranque una diferencia, no demasiado amplia, pero que logró sostener a lo largo de toda la noche. Y el miércoles los "xeneizes" se llevaron la diferencia más amplia de todas, prácticamente decisiva.
Es como si todo el mundo supiera lo que va a pasar e, indefectiblemente, lo esperado sucede. No debe ocurrir por falta de previsiones tácticas ante un rival archiconocido. Hay que pensar que tiene que ver con características individuales de los jugadores arraigadas lo bastante fuerte como para esterilizar por completo las recomendaciones tácticas. Por lo que sea, Peñarol pagó siempre con derrotas permitirle jugar con tanta comodidad a Boca en el primer cuarto. Definitivamente, el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Y a veces tres.
Fuente:La capital-Sebastián Arana

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