Difícil de contener debajo del aro, le sacó faltas a todos los internos de Estudiantes (perdió a Levy y Barrera por cinco) y logró imponer su portentoso físico. Sí, sí, Román González empezó a pagar un poco de lo que se espera de él y fue justo ante Estudiantes.
"Estábamos obligados a ganar un juego de visitante. Hay que entrar al Super 8 como sea, porque Peñarol se armó para pelear cosas importantes. Ahora, tenemos que ganar el domingo (mañana) y el clásico del miércoles", opinó Román.
--¿A qué atribuyen este presente complicado?
--Tanto el técnico como yo llegamos un mes más tarde. El equipo no nos conocía por lo que la adaptación fue más complicada. Perder la final de la Copa Argentina fue un balde de agua fría. Para colmo nos descontaron dos puntos antes de comenzar la Liga y nos costó muchísimo ganar un partido de visitante. La derrota contra Comodoro, que venía último, fue un detonante, porque la gente está hambrienta de títulos y nosotros no hemos podido cumplir.
--¿Les juega en contra la presión de la gente?
--La presión depende del jugador. Por momentos somos una banda que está a la deriva. Cuando no le hacemos caso al técnico vamos para cualquier lado y eso no conduce a nada bueno. Tenemos que confiar un poco más en el compañero y en el entrenador que sabe demasiado como para llevar este barco a buen puerto.
Fuente:La Nueva Provincia
foto:ebpi
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