lunes, 11 de febrero de 2008

Barro y Oro


La lucha de una persona, de una institución, hasta de un país, no tiene que ver solamente con los rivales inmediatos de siempre, con los de afuera. Peñarol ha luchado contra todos los frente posibles en el término del último lustro. Se incluye las generales de la ley, como es el receso económico que afectó al país y a todos los equipos de la liga.

Pero careciendo de un sponsor como dueño, o de una gobernación fuerte que lo ampare, o un fútbol rico que le de comer, o toda una provincia poderosa que se encolumne detrás, lo suyo fue juntar voluntades, arrimar gente, laburar entre todos. Hacer del club una causa y embanderar gente detrás ella. Tiene hasta el peso de compartir la misma ciudad con otro club de liga, con lo que eso significa para conseguir recursos. Acaso Regatas y Belgrano de San Nicolás, Independiente y Pico Football Club de General Pico puedan dar fe de lo que esto significa.

Nunca la taba salió del lado de la “suerte” para Peñarol, casi siempre fue “culo” y es difícil poder definir si fue por impericia propia o cosas del destino. Hubo mucha culpa dirigencial, pero hubo poca fortuna. Casi como el mismo cuento que contaron Ferro (por otras causas), Olimpia, Independiente (Pico), GEPU, Estudiantes de Olavarría y casi Ben Hur, que tocaron la gloria de salir campeón y luego abandonaron la liga, Peñarol no desapareció por cuenta y orden de éste grupo de dirigentes que desde hace casi 5 años vienen manejando el timón de la entidad.

Ya se ha contando largamente en esta página el valor empírico del aprendizaje del dirigente. Prueba y error, prueba y error. “Uno puede ser un boludo del básquetbol, pero no un boludo de la vida” le dijo Domingo Robles a Pick and Roll hace más de 4 años cuando tomaba el barco. Desde negociar con los representantes hasta con la propia AdC todo era muy nuevo.

Cuando tomaron el club el pasivo superaba el millón de pesos. Los derechos de televisión (que por entonces representaban del 50 al 80 % del presupuesto) estaban comprometidos por dos años, la credibilidad de pago estaba en bancarrota. Con este panorama apostaron en la temporada 2003/04 con Silvio Santander como técnico, que tenía su bautismo de fuego en la Liga Nacional y un grupo de jugadores voluntariosos pero todos de rol.

Con 14 partidos cortaron al técnico y pasaron a las manos del Zeta Rodríguez para finalmente caer en la dupla Bonfiglio-Echeverría. Pasaron 5 cortes de extranjeros (siete en total) y finalmente en Sunchales, ante Libertad, se salvaron del descenso en la anteúltima fecha un histórico partido que el propio Domingo Robles se acordó en pleno festejo en Mexicali. (El destino me llevó esa noche a estar allí. Incluso para un comentarista nato como yo tuve que relatar aquel juego. Imborrable).

Luego vendría la era de Guillermo Narvarte. Dos años, mucha más bonanza. Peñarol comenzaba a ponerse de pie. Eran épocas de la famosa “emboscada” cuando se realizaba un asado mensual (a veces dos) para que cada comensal ponga 100 pesos para pagar el sueldo de los americanos. “Para comer un churrasco acá hay mas de 50 personas que ponen 100 pesos, Peñarol es increíble”, narraba por entonces su presidente. En realidad, la ayuda comunitaria era vital. Un dirigente de Peñarol convencía a un hincha, este a otro y hacía formaban la ronda.

Cuando se terminó la era Narvarte, hubo un primer problema, no había ni técnico, ni jugadores. Estoy invitado a decir que tampoco había proyecto, pero en verdad es posible que no exista ningún proyecto en básquetbol de liga para Peñarol. Es una montaña rusa que no admite proyecto alguno.

Del año anterior solo tenían contrato Marcos Mata y Josh Pittman. “Tenemos la plata pero no tenemos a quien contratar”, confesaba el dirigente Mario Godoy a Pick and Roll por entonces. El club puso sus cañones en Martín Leiva quien coqueteaba con irse de Boca. Pero apareció la oferta de Matías Pelletieri que regresaba de europa y los dirigentes creyeron cerrar los dos pivotes en una semana. Leiva se quedó en Boca y Pelletieri fue la primera ficha del plantel. No había ni técnico. Así es Peñarol.

Luego se produjo la firma con el técnico Carlos Romano, más por necesidad que por convencimiento, y llegaron los jugadores, Tato Rodríguez (que era seducido por otros equipos) Juan Manuel Locatelli, José Muruaga, Sebastián Festa, Alejandro Diez y la última joya: Gabriel Míkulas. El segundo foráneo era Jason Osborne y a jugar. Era el equipo de “la dignidad” según decía Robles por no contar con jugadores de jerarquía de los representantes que gobiernan la Liga.

Como le dijeron los técnicos Julio Lamas y Néstor García a Pick and Roll: que Peñarol no haya sido campeón fue una eventualidad, por esas cosas de la vida no muy explicables. Pero ese equipo dejó una huella. Puso de nuevo a Peñarol en la marquesina luminosa de la Liga.

El resto es historia reciente. A la hora de redoblar la apuesta Peñarol juega un pleno tras otro. Se le fueron Míkulas, Pittman y Osborne. Pero trajeron al técnico de la selección nacional, Sergio Hernández y al pivote sensación del momento que venía en el mejor momento de su carrera, como Román González. Dos nacionalizados (Byron Wilson y Jervaughn Scales) y un base explosivo como Lucas Picarelli para hacer un buen equipo en nombres. Los extranjeros eran novatos para la Liga: Eric Rodríguez y Jasper Johnson.

Cuando Pick and Roll volvió del preolímpico de Las Vegas, además del pasaporte a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 (somos el verdadero talismán de los equipos argentinos) se trajo en la valija el ante proyecto de la Liga de las Américas que fue presentado en las semifinales del aquel torneo.

“Uds. tienen que entrar en esta Liga nueva, esto es lo mejor que le pasó al básquetbol a nivel de clubes en toda su historia, es el primer paso de la copa Libertadores del básquetbol”, era el pasional consejo. Claro que nuestras primitivas intenciones chocaban con una fulgurante realidad. El equipo estaba a la deriva, con jugadores que no encontraban su rol y con resultados negativos.

Fue en octubre que Peñarol tomó la decisión de ingresar en la Liga de las Américas. Revisando el archivo de Pick and Roll por suerte se está a tiempo justo de decir que no nos equivocamos. “El torneo continental más importante de clubes en Básquetbol de la historia surge con fuerza” (12 de octubre de 2007, nota: “La Copa de todos” (http://www.pickandroll.com.ar/noticias/liga-de-las-americas/00010619/) y “Será la competencia de clubes más importante de la historia de América” 13 de noviembre de 2007, nota “Se presentó la Gran Fiesta” link (http://www.pickandroll.com.ar/noticias/liga-de-las-americas/00010869/)

Por desgracia no todos los estamentos pensaron iguales. Algunos pensaron que la Liga de las Américas es una aventura de trasnochados. De todos modos, en el camino quedaron equipos como Universo de Brasil, Boca Juniors, Libertad de Sunchales, Cangrejeros de Santurce y Halcones de Xalapa.

Otro grave defecto argentino es desprestigiar lo que se desconoce. La Liga mexicana profesional de básquetbol es la segunda competencia latinoamericana en importancia detrás de la Argentina por calendario y nivel económico. Hoy la Liga Nacional se nutre de jugadores que han salido de esa liga: Ron Selleaze, Quincy Wadley, Devon Ford, y varios más. Por el poderío económico que México ostenta, lamentablemente en tres años los extranjeros de la liga mexicana irán directo a la ACB y no la Argentina.

Para muestra basta decir que Boca Juniors, el campeón argentino, disputó su pretemporada en México y se volvió con un rotundo 0/5 con derrotas ante el seleccionado local (114-82 y 105-92), Halcones de Xalapa (93-71), Algodoneros de la Comarca (75-71) y ante Lobos Grises (95-84). Boca no contaba entonces con Leo Gutiérrez.

Miami Tropics, el equipo considerado “menos serio” del cuadrangular final, tuvo el “pecado” de llegar el día anterior al debut a las 21 horas. Dormir y jugar en primer turno. Su estrella, Jermaine Watson, llegó una hora antes del partido al aeropuerto, se tomó un taxi y fue para la cancha. Perdió por 17 con Peñarol que fue el equipo que mejor se preparó para llegar descansado. Nada es casualidad. “Solo tenemos que dormir 12 horas para mejorar” dijo el técnico de Miami, después de la derrota. Incluso lo mismo dijo Sergio Hernández. Miami terminó tercero por diferencia de gol.

Todo el desprestigio que se podía tejer sobre el torneo carece de fundamentos. Miami no es un equipo anárquico, juega exactamente igual como el próximo campeón de los Juegos Olímpicos (el mismo que ganó el preolímpico de Las Vegas), pero con menos talento individual. Juega igual que varios equipos NBA. Serie de pases, pick and roll, definición uno contra uno. Básquetbol norteamericano. Sino que le pregunten a Soles y Minas.

Minas Tenis es en la actualidad el mejor equipo de la liga brasileña, actual monarca del Campeonato Sudamericano de Clubes y campeón del Holland basketball week. No es poca cosa. Dijo Sergio Hernández después de derrotarlo: “Hemos vencido al mejor equipo del año de sudamérica”.

Soles de Mexicali tiene un cinco inicial que envidiaría cualquier equipo de Liga Nacional. Los dos mexicanos son selección nacional. Horacio Llamas demostró que con 5 años más y 8 operaciones más (siete de rodillas y una de espalda) no es menos que Román González. Richard López jugaría de titular como alero en los 16 equipos de Liga. Los tres extranjeros son determinantes y algo curioso: se comprometieron con su equipo, con la causa. Tanto el base Weath como el alero Penny, son muy talentosos. Cualquier equipo de Liga Argentina que cuente con Greg Lewis pelea como mínimo semifinales (si controla su temperamento). El problema de Soles es su rotación con jugadores de rol.

Peñarol de Mar del Plata ha ganado un torneo muy difícil de igualar. Un torneo que no se quedará todos los años en la Argentina. Este equipo de barrio que trascendió las fronteras, que se puso de pie después de estar virtualmente desaparecido hizo lo que pocos, atreverse a soñar, ir a más, dejarse guiar por su apetito de gloria. Nunca un logro es por arte de magia. Todo tiene que estar bien encadenado: buenos jugadores, buen cuerpo técnico, buenos dirigentes, buen apoyo. Peñarol sabe hoy que lo tiene todo. Que lo aproveche.


Foto: Gentileza www.infoliga.com.ar

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar

No hay comentarios: