martes, 12 de febrero de 2008

"Es para vos..."



Hay para todos los gustos. Pibes que desde la medianoche del sábado no aflojan en una especie de ruta del bacalao. Abuelos que vieron nacer a ese club del barrio Materno y hoy no pueden creer que la que luce refulgente en la caravana es "la Copa América", como la nombran sin conocer bien qué ganaron& Padres e hijos, de los que habitan la popu, la platea o las rebatibles del Poli. Niñas bronceadas que dejaron por un rato la playa para aplaudir a Tato, Manu y su ballet. Y marplatenses de Peñarol o no, menos de Quilmes claro, que sacan pecho porque diarios, radios y la TV no paran de hablar del orgullo de la ciudad por estas horas. Esos, miles de personas que colorean la llegada del equipo de Oveja Hernández tras la coronación mexicana. Fue un colosal recibimiento.

La cita era la rotonda de Constitución y Autovía 2, a las 9.30. Pero muchos se adelantaron y fueron a la zona cercana al aeropuerto. El plantel llegó a Buenos Aires a las 22 del domingo, cenó en El Corralón y emprendió el regreso festivo. La primera escala provocó el cambio de un micro normal por otro sin techo. Un colectivo que transformó su color rojo en azul y blanco gracias a las banderas que colgaron los hinchas. Desde ahí el recorrido tenía destino de Municipalidad a las 11. Pero como pasa con las multitudes, esos diez kilómetros fueron a paso de hombre. Recién a las 13.15 fueron recibidos por el intendente Pulti y pudieron saludar desde el balcón, al estilo Mundial 86.

La emoción suele mostrarse de varias formas. Gritos, saltos, lágrimas, cantos. Todo eso y mucho más mostró el recorrido. Los fanáticos de siempre nunca pueden sorprender pero sí lo pueden hacer esos marplatenses que se asomaban a los balcones y no dejaban de aplaudir. Ni hablar la proliferación de banderas colgadas de los edificios. Ese camino mostró al plantel enganchado con cada canción, sin excepciones. Para recibir las dedicatorias en el balcón municipal. El primero en gozar fue el carismático y ya ídolo Súper Q. El yanqui Wadley, personaje y ganador como pocos. Después los referentes, Tato Rodríguez y Locatelli. Y el pibe Diez, Marquitos Mata... Y Picarelli. Y Scales. Y "vamos, vamos los pibes" Y el reconocimiento "olé, olé, olé, Román, Román" para González. Y el "de la mano, de Sergio Hernández, todos la vuelta vamos a dar". Y el algo tardío "Jaaaason" a Osborne, observado aún por las finales con Boca.

El multitudinario festejo concluyó en la sede del club sólo con dirigentes y familia. Con la intimidad necesaria para recargar pilas y mañana ir en busca de la otra obsesión: la Liga.
fuente:diario ole

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