miércoles, 13 de febrero de 2008

De la agonía a la emoción


En el 2004 evitó el descenso al TNA y la venta de la plaza. El club del Materno hoy es el rey de América.

Para abrazarse a la cima de América, Peñarol tuvo que transitar un camino lleno de espinas. Menos de cuatro años pasaron desde el viernes 2 de abril del 2004. Esa noche se disputó la penúltima fecha de la fase regular y los marplatenses evitaron el descenso al TNA en Sunchales venciendo inesperadamente al Libertad de Néstor García (DT campeón con Peña en la LNB 93/94). Las arcas milrayitas estaban vacías, no había plata ni para pagar la luz y el equipo se salvó de milagro en una temporada que siempre lo tuvo clavado entre los tres del fondo. Acechaban los rumores sobre la venta de la plaza. Pero el club de calle Garay se refundó. Su dirigencia, encabezada por el presidente Domingo Robles, saneó un pasivo de más de 1 millón de pesos para ponerlo nuevamente de pie. La dolorosa derrota en la final del pasado torneo local ante Boca no los detuvo en sus deseos de superación y fueron por más. Por eso, no le renovaron al técnico Carlos Romano pese al subcampeonato y a la anterior obtención del Súper 8. En su lugar, apostaron fuerte contratando al conductor de la Selección para dar el salto de calidad y un mensaje claro: en Peñarol no sirve salir segundo. El ciclo Hernández arrancó torcido, cuando barras del Milrayitas hicieron lío en la final increíblemente perdida por la Copa Argentina. Además, los principales dirigentes quedaron expuestos por no actuar con mayor celeridad frente a los violentos. La AdC le descontó dos puntos. El panorama pintaba oscuro. La recuperación de Locatelli, el regreso de Osborne y la incorporación del talentoso Wadley aclararon el rumbo. El equipo se fortaleció y lo demostró en el Final Four de México para saciar tanta sed en sus hinchas. El barrio Materno está de fiesta: Peñarol es el rey del continente.
Fuente:Diario ole

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